miércoles, 17 de junio de 2015

EL DIABLO MANDA. LA VIDA DE SIR RICHARD BURTON. Fawn M. Brodie

Editorial ALMED. 2015. Págs. 469


Jorge Riet

Hay biografías que superan con creces a la novela de aventuras mas exagerada, porque hay vidas que resultan imposibles de imaginar hasta que uno las lee. Más aún cuando esas historias corresponden a épocas en las que el mundo aún escondía alguno de sus rincones más extraños, consintiendo con cierta pereza en que aventureros sin miedo lo explorara y descubriera para el conocimiento general de la humanidad. Pero incluso para las épocas en la que abundaban los más osados aventureros, existieron individuos que sobrepasaron cualquier expectativa. Es difícil imaginar un mundo sin internet, antibióticos, aviones y teléfonos, pero fue en ese tiempo en el que las mayores proezas de la humanidad acometidas por individuos solitarios asombraron a todos y aun nos sorprenden muchos años después. Tiempos de aventureros cultos, leídos, poliglotas, curiosos, viajeros, sin sentido de los límites y ávidos de lo desconocido, que despreciaban la seguridad y confort que sus desahogadas vidas les permitían, por el anhelo de contribuir a una humanidad más sabia y tolerante con las diferencias que pueblan nuestro limitado y esférico planeta.

Es difícil encontrar en este siglo tan vulgar y transparente a tipos como Sir Richard Burton. Soldado, explorador, arqueólogo, etnólogo, poeta, lingüista, geólogo, botánico, físico, habilidoso espadachín, brillante escritor de 43 libros, traductor de Las Mil y Una Noches, sexólogo cuando esta era una actividad dudosa que podía conducir a la cárcel, médico, zoólogo, explorador del nacimiento del Nilo Blanco y descubridor del lago Tanganika, y el primer europeo que entró en una ciudad prohibida de Somalia. Ahora que hasta el mítico paso del noroeste se deshiela por el cambio climático, los exploradores se circunscriben a la higiénica actividad de sofisticados laboratorios o a las silenciosas pantallas de ordenador que recrean una realidad virtual para ofrecer un mundo que solo encuentra en lo pequeño motivos para una humilde y contenida fascinación,

Es cierto que se ha escrito mucho sobre Burton, pero esta biografía que nos ofrece Almed es un lujo por su ritmo narrativo, su fiabilidad histórica, su recreación de un personaje terriblemente humano, su rigor científico y, muy especialmente, por el atrevimiento intelectual de su autora para penetrar para nosotros en el extraño mundo de aquel tipo singular y extraordinario, de aquel ser poseído por el veneno demoníaco de la aventura, el conocimiento y la curiosidad infinita. El propio Burton escribió que "navegando dentro del tronco hueco de un árbol, ¡miles de millas río arriba y con una mínima posibilidad de regresar!, me pregunto ¿por qué? y el eco me responde ¡maldito idiota...el diablo manda!"

Ahora que sabemos que el único infierno posible está en la Tierra, libros como este nos regalan el placer de la lectura de una historia fascinante, pero sobre todo nos invita a preguntarnos por los estrechos límites de la visión contemporánea de nuestro mundo, a pesar de disponer de la mayor cantidad de información acumulada de la Historia. Nos interroga por dónde residen hoy las verdaderas posibilidades de la aventura, de la exploración de los límites de la humanidad, de los confines de su existencia, de la curiosidad intelectual que empuja a despreciar banales posesiones, en beneficio de algún elemento de originalidad que permita imaginar otro pequeño salto en la evolución de este extraño y vulnerable bípedo que domina el planeta para su perjuicio. Un libro para disfrutar del recuerdo de tan inclasificable y renacentista personaje, como de evadirnos de su contexto histórico para interrogarnos por nuestro propio presente. Un reto para los amantes de la aventura de la lectura.

Un libro absolutamente recomendable 

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