viernes, 12 de junio de 2015

LAST CALL. The rise a fall of prohibition. Daniel Okrent

Editorial Scribner. 2010. Págs. 468  



Jorge Riet

Todos sabemos que en los comics se ocultan a menudo mensajes subliminales bastante impresentables que gozan de la indulgencia de la gran capacidad seductora de su formato. Bromas, chascarrillos, imágenes y retratos que en otro soporte gráfico resultarían intolerables, son endulzadas por los ligeros trazos y generosidad cromática  de esos libros ilustrados que nos llaman a lo largo de los años, aunque la juventud pueda ser cosa de un pasado más o menos lejano. Me refiero por ejemplo a los ridículos personajes que en los libros del afamado Lucky Luke representan a las prohibicionistas del alcohol o incluso a las sufragistas. Esos personajes siempre representados por mujeres viejas, feas, puritanas y malhumoradas.  

Este magnífico libro, Last Call, contrasta radicalmente con esa distorsionada visión, también reproducida con frecuencia en el cine, describiendo el extraordinario fenómeno histórico que se derivó de la llamada coloquialmente “Ley Seca”. Un movimiento social y popular que posibilitó el salto más extraordinario de todos los tiempos en lo que se refiere a libertades civiles y derechos de las mujeres y los niños. Pero situémonos al principio de esta historia. Estamos en los albores del siglo XX en los Estados Unidos de América, en un ambiente corrompido por empresarios sin escrúpulos que suministran cataratas de alcohol adulterado, a las masas de trabajadoras que desfilan sumisas entre las tabernas y las fábricas que se reparten por las grandes ciudades. Se estima que millones de aquellos trabajadores ahogaban sus frustraciones en alcohol de pésima calidad. En el siglo XIX y principios del XX cada adulto varón consumía una media de 90 botellas de alcohol al año, lo que da vértigo si se eliminan de esa estadística los abstemios y los enfermos. Un hábito que conllevaba miseria, desempleo, violencia doméstica, abandono del hogar, violaciones, robos, agresiones callejeras, menor renta familiar disponible para el consumo de bienes esenciales, incorporación prematura de niños de corta edad al mercado laboral, absentismo en el trabajo, enfermedades crónicas, y un largo etcétera de tragedias cotidianas de pavoroso recuerdo.


En esta fantástica obra, Okrent describe el increíble movimiento político que se desarrolló en torno a la exigencia de la prohibición de esa masiva y popular lacra social, articulado inicialmente sobre una política fiscal que gravase el consumo, pero después evolucionado hacia reivindicaciones como la escolarización infantil obligatoria y la prohibición del trabajo de menores, la alfabetización de la población, el sufragio universal, derechos para las mujeres como el divorcio o la propiedad, la regulación legal del aborto, la sanidad universal gratuita, la persecución de la violencia machista o la protección a los menores. Dado que los hombres estaban muy ocupados empinando el codo, las mujeres se sintieron comprometidas con la construcción de una democracia justa, reformista y de progreso, que amparase a la mayoría de la población, a las minorías, a los más vulnerables y a los excluidos, a costa de la codicia sin límites de aquellos más preocupados por hacer caja que por la vida que les rodeaba. Una obra que exige su publicación urgente en castellano, porque explica con una brillantez extraordinaria el origen de muchos de los derechos y libertades que hoy en gran medida damos por supuesto, pero que nacieron y se alcanzaron gracias a una lucha formidable, que en los comics y películas todavía hoy se ridiculizan. Algo penoso sobre lo que conviene lamentarse y curarse, y para eso nada mejor que leer este libro para ser plenamente consciente de la cutrez mental de esas infantiles caricaturas.

Altamente recomdable

No hay comentarios:

Publicar un comentario