viernes, 19 de junio de 2015

YO SOY ESPARTACO. Kirk Douglas. Prólogo de George Clooney

Editorial Capitán Swing. 2014. Págs. 213. 


Jorge Riet

Es difícil imaginar las vidas e ideas de personajes que nos acompañan toda la vida en las pantallas del cine y la televisión, más allá de los típicos chispazos mediáticos de breves y a menudo insustanciales entrevistas periodísticas. Por eso este tipo de libros son necesarios cuando el personaje lo merece. Este libro del carismático actor Kirk Douglas, a pesar de ser autobiográfico, es creíble, es serio, y al mismo tiempo es interesante. Con la excusa de los avatares de la financiación, producción y rodaje de la mítica película Espartaco, Douglas nos introduce en una época compleja de la historia de los Estados Unidos, en la que una mayoría de intelectuales fueron perseguidos por la paranoia anticomunista del macarthismo.  Es este un relato personal de un tipo fundamentalmente honesto, ético y valiente, que se comprometió y se la jugó con amigos y colaboradores perseguidos por sus ideas. Este libro es la crónica contada por su principal protagonista de como se hizo la película Espartaco, y con ella de los vaivenes de personajes colmados y atormentados de ego, como Sir Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton, Tony Curtís, Jean Simmons, Anthony Mann, Dalton Trumbo o Stanley Kubrik. Pero también es la historia de otra historia.

Kirk Douglas afirma en su propia introducción a su libro, que esta película se hizo en una época de profunda división de su país por la paranoia del enemigo comunista. Pero Douglas también traza un paralelismo con la época actual, cuando afirmó en esta misma introducción que "los nombres cambian, pero el miedo permanece". "Hoy día todavía hay quien sigue tratando de justificar las listas negras. Dicen que eran necesarias para proteger a Estados Unidos. Dicen que las únicas personas que resultaron perjudicadas fueron nuestros enemigos. Mienten. Hombres, mujeres y niños inocentes vieron arruinada su vida debido a esta catástrofe nacional. Lo sé. Estuve allí. Vi como sucedía. Ahora les hablaré de ello. Y de Espartaco, la película que hicimos en medio de toda aquella locura". Con respecto a aquella funesta caza de brujas, en la que muchos mintieron para salvar el pellejo a costa de acusar injustamente a inocentes, Orson Welles escribió que "lo malo de la izquierda americana es que traicionó para salvar sus piscinas. Somos pocos quienes no hemos traicionado nuestra postura, los que no hemos dado nombres de otras personas". Douglas pensó en Espartaco como un símbolo. De hecho cincuenta años después de hacer la película pensaba que "un espíritu revolucionario recorre el planeta. ¿Es contagioso? Nos sorprende ver en ciudades estadounidenses a multitudes sin dirigente alguno concentradas, expresándose al unísono y poniendo en cuestión una estructura de poder que parece inexpugnable. Eso es lo que hizo Espartaco. Y decenas de millares de hombres unieron su voz a la suya. Juntos, todos eran Espartaco.

Como nos recuerda el actor George Clooney en su prólogo, este libro es el recuerdo y pensamiento de un extraordinario personaje, de esa "estrella de cine, actor, productor, pero, en primer lugar y por encima de todo, un hombre de una naturaleza extraordinaria. Esa naturaleza que se forja cuando hay mucho en juego. Esa naturaleza que siempre buscamos en los momentos más difíciles."

Un libro absolutamente recomendable 

No hay comentarios:

Publicar un comentario