martes, 14 de julio de 2015

EL AROMA DEL TIEMPO. UN ENSAYO FILOSOFICO SOBRE EL ARTE DE DEMORARSE. BYUNG-CHUL HAN

Editorial HERDER. Págs. 163. 2015

Colección Pensamiento Herder



Jorge Riet

Tras leer sus páginas se aprende mejor porqué vivimos dominados por el sentimiento de que la vida se acelera, de que el tiempo pasa más rápido que antes, cuando en realidad esta sensación es consecuencia de que el tiempo da tumbos sin sentido. En este libro se describe cómo vivimos en una “atomización” del tiempo, sometidos a una secuencia atropellada de acontecimientos, fugaces, efímeros, en un endiablado ritmo cinematográfico, sin una guía cuya ausencia nos convierte en meros pasajeros. “Cuando ya no es posible determinar qué tiene importancia, todo pierde importancia”.

Según este pensador, vivimos en un tiempo histórico con un pasado y futuro descompensados, con un presente sin sustancia en una permanente transición, un “nada es, todo será”. En una “historia que deja lugar a las informaciones”, una concentración de acontecimientos, informaciones e imágenes, que “no tienen aroma” que hace imposible la demora. Ante un veloz encadenamiento de fragmentos que pasan fugaces por la retina sin lograr una atención duradera, padeciendo un envejecimiento acelerado, convirtiéndose en pasado al instante en un presente que se reduce a picos de actualidad, a un simple fenómeno temporal. Cuando pensamos que el tiempo pasa muy rápido, según este autor, no es más que inquietud, confusión y desorientación. La gente se apresura sin rumbo “de un presente a otro”. Como nos propone este pensador, la vida plena no puede ser sólo una enumeración de acontecimientos, la consecuencia de un “zapping” entre opciones vitales dominadas por un enorme nerviosismo.   

Hay capítulos de este libro realmente bellos. El autor recurre a Proust y a su obra sobre el tiempo perdido, para describirnos cómo este supo ver que “la narración da aroma al tiempo”. La estrategia de Proust frente a una época de prisas es ayudar a que el tiempo recupere la duración, el aroma. Él sabía que la aceleración y la desaceleración van contra el progreso narrativo, porque cuando el autor se pierde en detalles o descripciones irrelevantes es porque no sabe distinguir lo importante de lo irrelevante. Una narración que pierde el ritmo provoca desorientación, una crisis temporal que en realidad es una crisis de identidad. “Proust habla de un cristal aromático, un cristal de las “horas silenciosas, sonoras, fragantes y limpias”. Lo que invita a Byung-Chul Han a escribir que “lo bello no es el resplandor o la atracción fugaz, sino una persistencia, una fosforescencia de las cosas”. “La época de las prisas, su sucesión cinematográfica de presentes puntuales, no tiene ningún acceso a lo bello o lo verdadero”.
Este filósofo de origen coreano, profesor de filosofía en la Universidad de las Artes de Berlín, replica a Zygmunt Bauman cuando sostiene que el hombre moderno no es un “peregrino” porque no avanza hacia lugar alguno, sino hacia un aquí mejor o distinto, en un camino cargado de incertidumbre e inseguridad, aunque preparado para ser libre en una época histórica de progreso y evolución si se empeña en “una salvación futura dirigida al mundo interior”. Porque “quien intenta vivir más rápido también acaba muriendo más rápido”, dado que “la experiencia de la duración y no el número de vivencias hace que una vida sea plena”. Sin desvelar la propuesta final de Byung-Chul Han, propongo quedarnos como invitación a su lectura con una de sus frases, “la vita contemplativa sin acción está ciega. La vita activa sin contemplación está vacía.”

La editorial Herder nos ofrece una de las joyas de este autor, de la serie de sus obras que viene publicando, para fortuna y goce intelectual de los lectores en castellano.


Un libro muy recomendable para lectores interesados en el tiempo que les ha tocado vivir.

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